sábado, 8 de diciembre de 2012


Bisturí ®©                                               La tendera de la esquina
            Franklin E. Alcaraz Del C.[i]

(Cualquier semejanza con la vida real es pura coincidencia)
                                                                  
Es una señora que nos conoció cuando llegamos al barrio. Vio crecer a mis hijos. Y vio casarse a mi hija, irse a otro barrio y volver a visitarnos, mi hija con su hijito y mi hijo, desde Santa Cruz, cada vacación. Esta señora, es una especie en extinción. Cerca de ella se abrió un almacén – tipo supermercado- que le quitó la mayoría de los clientes; pero ella se empecina en vender refrescos y pan, todas las mañanas. Ya casi tiene nada en la tienda. Y ella sentada esperando a sus clientes desde que sale el sol. Abre todos los días a las seis de la mañana esperando a que llegue el pan. Y después,  sentada en su silla de mimbre, vende golosinas a los chicos que corretean por el barrio.

Conoce a todos los vecinos. Sabe – según ella – quiénes votaron por “el Evo” que resultó “un remedio peor que la enfermedad – fíjese Ud. lo que está pasando”. Conoce también y aplaude “a quienes siendo evistas abrieron los ojos y renegaron del Evo”.

“Los masistas son una manzana podrida que se pudrió en tan poco tiempo”, dice. “¡Ay!, ¿¡No tendrán vergüenza?! Y ella misma se contesta “a pesar de que en este país, poca es la gente que tiene sangre en la cara – Todos son unos sinvergüenzas, especialmente los políticos” Y cambiando de tema: “Pensar que tanta gente tenía tanta esperanza en el Evo… Hasta yo…¡le prometo! Pero no se puede, no hay caso, no se puede confiar en los políticos y estos habían sido… ¡ay! mejor me callo. Se ha rodeado también de lo peorcito pues”, afirma. “Tanto habla de la pachamama…que la pachamama arriba que la pachamama abajo y está queriendo tumbar ese parque nacional…¿Qué se llama? ¡Ah, si…el TIPNIS, todo por los cocaleros, ¡Qué nos dan pues los cocaleros! Mas bien todo reciben, todo les da el Evo ¿y ellos? ¡Dice que ni impuestos pagan! Yo quisiera que vea Ud. lo que tengo que pagar de esta mi tiendita que además atiendo para distraerme; pero que voy a tener que cerrar nomás porque ya no gano nada. Todo es pérdida y pérdida. Menos mal que mi hijo menor me ayuda, sino, ¡qué sería de mi!” se lamenta.

“No seas ladrón” “dice en quechua, pero mire a ver… ¡tanta corrupción! No solo son ladrones sino extorsionadores…¿sabe? Yo odio la extorsión tanto como a los terroristas porque es pues ejercer una situación de poder sobre el que necesita a cambio de dinero…¡Ay! Yo no sé qué haremos. Y se va a acordar de mi, todo esto se va a olvidar… en un mes ya nadie va a decir nada y los corruptos van a salir de la cárcel a gozar de lo que han ganado… y a algunos ni siquiera los mandan a la cárcel. ¡Ah! pero a los opositores, como a este pobre de Pando…¿Cómo se llama? Ah….Fernández, si, Leopoldo Fernández, lo tienen sin motivo dice el vecino, el fulano. Y a este otro pobre gringo que lo han metido a la cárcel para quitarle su dinero…¡no pues! ¡Qué está pasando Dios mío! ¡Lo peor es que la gente no quiere darse cuenta! Ahora, a esos abogados corruptos no han tenido más remedio que apresarlos…pero hasta en eso…los encierran en la misma policía y no los mandan a la cárcel hasta que la presión de la gente los obliga. En la cárcel es donde deben estar. ¡Tienen miedo ir a la cárcel porque ahí está la pobre gente a la que han extorsionado pues! ¡Cuánta gente inocente estará pagando la ambición y codicia de estos malos abogados!. La verdad es que la Justicia en Bolivia siempre ha estado del lado de los que más tienen y en contra de los pobres. Pensábamos que eso iba a cambiar, ¡pero ahora es peor!”

“¡Qué haremos! Y las autoridades dicen ¡que no sabían nada!. Todos trabajando en sus narices…¡Y no sabían nada! ¡A ver! El Ministro de Gobierno pide más denuncias en contra de los extorsionadores primero, luego se desdice y como la tal Ministra Suxo pide enjuiciar a las víctimas! ¡Las víctimas de extorsión no pueden negarse a pagar! Da qué pensar ¿no? La extorsión es un delito que nace del poder, con intimidación y amenazas, de la gente que tiene poder de alguna naturaleza y que hace un muy mal uso de el; el que no tiene poder ¡no puede extorsionar pues! A buen entendedor, pocas palabras…¡Ahora dicen que se van a investigar entre ellos!¡Cómo pues! ¡Y se están peleando entre ellos también! Pero todo esto va acabar como siempre: ¡en nada! Se va a acordar de lo que digo”.


[i] Franklin E. Alcaraz Del C. es médico e investigador

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