domingo, 16 de marzo de 2014

BALADA DE CLARIBEL
FRANZ TAMAYO (La Paz 1879 - 1956)

En la desolada tarde,
Claribel,
al claror de un sol que no arde,
Claribel,
Me vuelve el amante alarde,
aunque todo dice "es tardde 
Claribel".

Lleva en sus alas el viento,
Claribel,
tu nombre como un lamento,
Claribel,
y en vano mis ansias siento
volar tras aquel concento,
Claribel.

Voz con que pía la ausencia,
Claribel,
saudade, canora esencia
Claribel!
Añoranza, transparencia
que la ausencia hace presencia,
Claribel!

Mar profundo y alto monte,
Claribel,
Es posible que tramonte,
Claribel,
tras el húmedo horizonte,
y que las nieves remonte
Claribel?

El tiempo es por siempre ido,
Claribel,
y eres quizás todo olvido.
Claribel,
Mas yo, iluso descreído,
aún pienso que me has querido,
Claribel.

El pan amargo en que muerdo,
Claribel
hecho está de tu recuerdo
Claribel!
Y el pasado nada cuerdo
es un sueño, en que me pierdo
Claribel!

Oh mañana azul y rosa,
Claribel,
en que te ví, mariposa,
Claribel!
Reina y mujer, niña y diosa,
oro, nácar, nieve y rosa
Claribel!

Cantaba en el aire un ave,
"Claribel "
suave cual la suave
Claribel.
Y unía al plumado clave
dulce risa y lloro grave:
Claribel!

Una música escondida,
Claribel!
Eres por siempre en mi vida,
Claribel.
Mamá de mi eterna herida,
lecho rosa y luz florida:
Claribel!

Vierte mi labio un perfume
Claribel,
musgo y clavel que resume,
Claribel.
Mirra que eterna zahume
Óleo que no se consume,
Claribel.
De un nigromante el compás,
Claribel,
trazó en mi alma "nunca más Claribel".
Y así a mis ojos jamás
como el alba volverás,
Claribel!