jueves, 25 de febrero de 2016

El peor enemigo del MAS

Bisturí ®©                     El peor enemigo del MAS
                                                                        Franklin E. Alcaraz Del C.[1]

Mi compadre Choque dice que el peor enemigo del MAS es el MAS mismo. Eso es lo que notó en el referendo del 21f. “Es que”. dice, “están tan acostumbrados a salir con su gusto (a la buena o a la mala), que subestimaron una serie de factores a los que ni siquiera tomaron en cuenta. Para empezar, no hubo un enemigo visible, así que su base pseudoideológica de buscar enemigos para enfrentarlos, se vio sin contenido”. Y es cierto, no había un enemigo visible, o si lo había, este era el pueblo boliviano. Si, el peor enemigo del MAS, esta vez, fue el pueblo boliviano. Otro factor que no tomaron en cuenta es que los líos de faldas, tienen siempre mucho jugo para los chismes…y ¡traten de detener un chisme! La cereza de la torta fue hacerle llorar a “la Sole”. “Mucha cosa la Sole” repite mi compadre. “No se metan con la Sole”, recomienda ¿Las redes sociales? ¡Ah! si. El MAS las ve como una de las causas de su derrota. Algo tuvieron que ver, pero no creo que haya sido fundamental su participación. Si hubo “guerra sucia en las redes” como dicen los masistas, en otras elecciones también hubo…y tal vez en mayor magnitud. No. Los errores políticos no se proyectan en las redes, por lo menos no en la magnitud en que el MAS lo sintió. En realidad la culpa la debe tener quien propuso el referendo.

No ven que la soberbia de los madamases, especialmente de aquellos que leyeron un millón de libros, solo puede terminar minando las “humildes bases” del MAS. Las mentiras descubiertas al fin, los falsos profetas, la corrupción aparentemente impune e indemne, la agresividad… “Dios mío”, dice mi compadre a pesar de que no es muy creyente, “hasta la cara se les descompone cuando hablan… se vuelven malos”… y “ese airecito de suficiencia que tiene el bachiller ya-saben-quien, es insoportable”, añade.

¿Hablaron de eso los perdidosos? ¿Será? Porque también una cosa es pregonar humildad (que sean humildes los demás, no yo) y otra muy diferente ser humilde. Y ojo: ser humilde no es ser pobre. Hay ricos que son muy humildes; y convengo en que siendo gobernante, especialmente mucho tiempo, debe ser muy difícil ser humilde. Un gobernante humilde, no se hace amarrar los zapatos, aunque el amarrador lo haga “de buena voluntad”. Pero bueno,    
Hay muchas otras cosas MAS de qué hablar. Por ejemplo, de inclusión. La clase media y media alta, no se sienten incluidas en el proceso “de cambio”. Ve MAS bien que es un proceso de cambio hacia abajo y no hacia arriba. Y este factor va en aumento. Toda la gente que entra a la nueva clase, empieza a sentirse excluida. Ojo con eso. Otro punto es que el lenguaje demagógico parece haber perdido su encanto, tal vez por las continuas mentiras y la poca transparencia del proceso. Tratar al pueblo como retardado mental tampoco es bueno (que el sol, la luna…). Un censo a medida, un estudio de coca a medida, una economía a medida, auditorías a medida, justicia a medida,…todo a medida, no pueden tener éxito en el largo plazo. Eso no es gobernar.

¿Y la oposición? He escuchado a los viejos líderes. Su ceguera les impide ver que sin ellos, la cosa va mejor. Les falta advertir que sin ellos el pueblo ganó. Les cuesta admitir que deben hacerse a un lado. El señor NO ganó. Ganó porque pudo lograr lo que nadie en la oposición ni en el gobierno: unir al pueblo boliviano. ¿Y quién es el señor NO? Un señor sin cara, sin nombre…o tal vez con millones de caras y millones de nombres. La pregunta es, para dentro de cuatro años, ¿quién será el señor NO?








[1] Franklin E. Alcaraz Del C. es médico e investigador

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