Bisturí ®© El
peor enemigo del MAS
Franklin E. Alcaraz Del C.[1]
Mi compadre Choque dice que el peor enemigo del
MAS es el MAS mismo. Eso es lo que notó en el referendo del 21f. “Es que”.
dice, “están tan acostumbrados a salir con su gusto (a la buena o a la mala),
que subestimaron una serie de factores a los que ni siquiera tomaron en cuenta.
Para empezar, no hubo un enemigo visible, así que su base pseudoideológica de
buscar enemigos para enfrentarlos, se vio sin contenido”. Y es cierto, no había
un enemigo visible, o si lo había, este era el pueblo boliviano. Si, el peor
enemigo del MAS, esta vez, fue el pueblo boliviano. Otro factor que no tomaron
en cuenta es que los líos de faldas, tienen siempre mucho jugo para los
chismes…y ¡traten de detener un chisme! La cereza de la torta fue hacerle
llorar a “la Sole”. “Mucha cosa la Sole” repite mi compadre. “No se metan con
la Sole”, recomienda ¿Las redes sociales? ¡Ah! si. El MAS las ve como una de
las causas de su derrota. Algo tuvieron que ver, pero no creo que haya sido
fundamental su participación. Si hubo “guerra sucia en las redes” como dicen
los masistas, en otras elecciones también hubo…y tal vez en mayor magnitud. No.
Los errores políticos no se proyectan en las redes, por lo menos no en la
magnitud en que el MAS lo sintió. En realidad la culpa la debe tener quien
propuso el referendo.
No ven que la soberbia de los madamases,
especialmente de aquellos que leyeron un millón de libros, solo puede terminar
minando las “humildes bases” del MAS. Las mentiras descubiertas al fin, los
falsos profetas, la corrupción aparentemente impune e indemne, la agresividad…
“Dios mío”, dice mi compadre a pesar de que no es muy creyente, “hasta la cara
se les descompone cuando hablan… se vuelven malos”… y “ese airecito de
suficiencia que tiene el bachiller ya-saben-quien, es insoportable”, añade.
¿Hablaron de eso los perdidosos? ¿Será? Porque
también una cosa es pregonar humildad (que sean humildes los demás, no yo) y
otra muy diferente ser humilde. Y ojo: ser humilde no es ser pobre. Hay ricos
que son muy humildes; y convengo en que siendo gobernante, especialmente mucho
tiempo, debe ser muy difícil ser humilde. Un gobernante humilde, no se hace
amarrar los zapatos, aunque el amarrador lo haga “de buena voluntad”. Pero
bueno,
Hay muchas otras cosas MAS de qué hablar. Por
ejemplo, de inclusión. La clase media y media alta, no se sienten incluidas en
el proceso “de cambio”. Ve MAS bien que es un proceso de cambio hacia abajo y
no hacia arriba. Y este factor va en aumento. Toda la gente que entra a la
nueva clase, empieza a sentirse excluida. Ojo con eso. Otro punto es que el
lenguaje demagógico parece haber perdido su encanto, tal vez por las continuas
mentiras y la poca transparencia del proceso. Tratar al pueblo como retardado
mental tampoco es bueno (que el sol, la luna…). Un censo a medida, un estudio
de coca a medida, una economía a medida, auditorías a medida, justicia a
medida,…todo a medida, no pueden tener éxito en el largo plazo. Eso no es
gobernar.
¿Y la oposición? He escuchado a los viejos
líderes. Su ceguera les impide ver que sin ellos, la cosa va mejor. Les falta
advertir que sin ellos el pueblo ganó. Les cuesta admitir que deben hacerse a
un lado. El señor NO ganó. Ganó porque pudo lograr lo que nadie en la oposición
ni en el gobierno: unir al pueblo boliviano. ¿Y quién es el señor NO? Un señor
sin cara, sin nombre…o tal vez con millones de caras y millones de nombres. La
pregunta es, para dentro de cuatro años, ¿quién será el señor NO?
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