domingo, 28 de diciembre de 2014

La coca hasta el 2014

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La coca hasta el 2014

•  Franklin E. Alcaraz Del C.



Incongruencias, para empezar. El Presidente Evo Morales anunció el viernes que Bolivia prevé cerrar el 2014 con la erradicación de "al menos" 20.000 hectáreas de cultivos de coca excedentaria, (más de lo previsto para esta gestión). Por su parte, la Unodc en su monitoreo de los cultivos de hoja de coca dijo que sólo quedan 23.000 hectáreas de cultivos de este arbusto (Es el gobierno... y la Unodc, bueno, es lo mismo, dice mi compadre Choque). Bueno, pero si restamos 20.000 de 23.000 quedan 3.000 (hectáreas de hoja de coca). Y en el mismo despacho de la ABI (por si acaso), el mandatario dice "Esperamos este año, por informe de organismos internacionales, llegar a por lo menos 20.000 hectáreas, nos dejaron con 32.000 hectáreas de coca, que lamentablemente en algunos casos se reduce planta, y eso nos hace variar en nuestros datos", dijo en conferencia de prensa dictada en Palacio de Gobierno (sic). En fin. También dijo que "Quiero que sepan no va a haber cultivo de coca, ni en el Parque Isiboro Sécure, ni el Parque Carrasco, vamos a respetar, y felizmente tenemos respaldo de todo un pueblo, y son grupos que quieren plantar los cultivos de coca. Si estos hermanos no tienen terreno, vamos a garantizar terreno en otros lugares, tierras fiscales baldíos, ya hemos previsto", (sic, otra vez). ¿Terreno para sembrar coca? No lo aclaró. "Pero no creo", dice mi compadre.

El estudio de la hoja de coca del gobierno dice que los acullicadores actuales son 1:125.483 personas en el país multiplurinomilingüe, es decir el 11,25% de la población total. Esto significa que el consumo tradicional va disminuyendo si tomamos en cuenta otros estudios anteriores, así: en 1950 eran el 33,68% (estudio de la ONU en Perú y Bolivia), en 1980 eran 18,67% (Carter Mamani y Parkerson), en 1997 el 14,72% (CELIN Bolivia) y el 2000 el 13,52%) para terminar con el año 2012 en 11,25% según el propio gobierno.

Por otra parte, los estudios de CELIN Bolivia dicen que, hasta el año 2000, el 51% de la población boliviana utilizaba hoja de coca en cualquiera de sus formas de uso. El estudio del gobierno dice que solo 3.082.464 bolivianos usan hoja de coca en cualquiera de sus formas, es decir que, hasta el año 2012, este porcentaje era solo el 30,82% de 10.000.000 de habitantes. A todas luces, el consumo "tradicional" desciende. (Haciendo cálculos, dice mi compadre Choque, menos de 6.000 hectáreas cubren esta "necesidad").

Que la coca es materia prima para la elaboración de cocaína, es indiscutible. No se puede hablar de coca sin hablar de cocaína…¿O sí? O tal vez, políticamente, se puede, dice mi compadre. Y en una evaluación anual, tendría que tomarse en cuenta que, a pesar de los esfuerzos del gobierno, parece haber un norte en esta materia: Mantener los cultivos de hoja de coca a cualquier costo, ampliar la superficie cultivada a 20.000 hectáreas y mantener (¿o aumentar?) la cantidad de cocaleros.

El combate al narcotráfico adolece de dos deficiencias muy aparentes en el país multiplurinomilingüe: la falta de logística y la falta de inteligencia. Y sin embargo, aún mejorando estos dos aspectos, no hay garantía de una lucha victoriosa, por muchos motivos, que no es el caso mencionarlos ahora. Se igualarían, más o menos, los recursos tecnológicos con los narcotraficantes, y así, se haría más costoso el tan productivo negocio ilícito.

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sábado, 6 de diciembre de 2014

Sin “hacer” política

Bisturí ®©                                               Sin “hacer” política
                                                                        Franklin E. Alcaraz Del C.[1]


No hay de estos países. ¿O si? Todos los regímenes totalitarios amenazan, rezan, ruegan y patalean para poder ser los únicos que “hagan” política. Algunos hasta meten a la cárcel a los opositores que “hacen” política. Todo, con tal de no ser molestados por quienes “hacen” política. Así que los médicos, a curar, los zapateros a remendar zapatos, los cocineros a cocinar, los maestros … ah, bueno, ellos, a adoctrinar, los choferes a conducir, …los arquitectos a construir, con una buena dosis de mala educación (y atención: solo los mandamases pueden ser maleducados. Los demás no. Tienen que arrodillarse ante el poder) …en fin.

Mi compadre Choque, con el juego de palabras que le caracteriza, dice que eso no es “democracia”, que es, más bien, “cualquiercracia” y que por lo tanto vivimos en un país autodenominado multiplurinomilingüe (ojo, sin alusiones de ninguna clase) con un régimen político que puede ser catalogado como “cualquiercracia” tirando a “dictadorcracia” con una buena dosis de autocensura en el caso de la prensa (que además ha sido cuasi copada por el régimen de turno), censos, estudios, estadísticas e informes “a medida” y “hartas” denuncias de fraude, corrupción, amenazas, juicios (¿sin justicia?) exilios, narcotráfico creciente, etc. a las que nadie presta atención.

Ese es el común denominador de los regímenes a los que no les gustan las ideas diferentes, dice…y que no pueden sustentar las propias, obviamente. Por eso no debaten. No podrían. Así se explica que solo los “iluminés”, que han leído las tapas de dos libros o los que dizque leyeron un millón, pueden “hacer” política (otra vez, dice mi compadre, que aclare que esto va sin alusiones personales).

Todos “hacemos” política. De una u otra forma. Por eso el “hacer” política debía ser también un Derecho Humano. Es una aberración decir que nadie puede “hacer” política. El pregonar no “hacer” política, tiene mucha similitud con aquello de no enseñar a leer, que solía ser una opinión generalizada en un pasado no muy lejano. O que las mujeres no puedan ejercer su derecho al voto (ahora suena a herejía), o no puedan estudiar (todavía hay países con esa opinión…y países muy “amigos” de aquellos que opinan que el pueblo no debe “hacer” política). ¡Caramba! ¡Y lo dicen públicamente, sin ruborizarse. Como hacía, o hace, Fidel.

Hay que reconocer, sin embargo, que los que están de turno, en esos países inexistentes, saben “hacer” política. Por lo menos hasta ahora. Habrá que ver lo que pasa cuando llegue la época de las vacas flacas. Mientras tanto, la definición de Marco Aurelio Almazán –según mi compadre Choque- llega “al pelo” (Así habla pues mi compadre). Almazán decía que "La política es el arte de impedir que la gente se meta en lo que sí le importa". Y yo le digo que sí a mi compadre, pero le lanzo esta cita de Abraham Lincoln: "Se puede engañar a parte del pueblo parte del tiempo, pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo".

Hablando de citas, responde mi compadre que es muy “letrado”, trae a colación lo que dijo Robert Louis Stevenson: "La política es quizá la única profesión para la que no se considera necesaria ninguna preparación".

Ahí, me dejó calladito, como cuadro en una pared (cita de mi consuegro).










[1] Franklin E. Alcaraz Del C. es médico e investigador