domingo, 29 de noviembre de 2015

'La justicia da náuseas'

Bisturí
'La justicia da náuseas'
Viernes,  27  de Noviembre, 2015
Por una vez, debíamos estar de acuerdo con un masista”, esa es frase del Procurador Arce, dice mi compadre Choque. Y es que el país, desde su nacimiento, no tuvo una “justicia” que pueda ser tal. ¿Ahora parece peor? Si. Para empezar, la forma de elegir a los Jueces “supremos”es, para utilizar una palabra decente, por lo menos cuestionable. Que se priorice la trayectoria sindical sobre la académica es otro punto en contra. Se acabó con la meritocracia... y eso no es bueno.
Hace un tiempo una sobrina mía  se graduó de abogada. Me invitaron a hablar en la celebración familiar. Ahí repetí la frase que aprenden -o deberían aprender- los estudiantes de Derecho: “Nada puede estar por encima de la Ley” y expliqué que esa frase incluía al Presidente del país. De cualquier país, democrático por supuesto.
Después, cuando nos servían los entremeses y el vino, mi compadre Choque, que también estuvo invitado, me preguntó si esta frase era “modificable” “¿cómo?”, le dije. “Es que cuando la ley es un obstáculo para un gobernante, ¿esta se puede modificar”? Lo dijo en tono de pregunta, pero, sin esperar respuesta, el mismo se contestó: “es lo que está ocurriendo en nuestro país. No se debería re-elegir al presidente más de una vez, pero aquí se cometen dos ultra-arbitrariedades. Por un lado se interpreta la ley a gusto y sabor del que detenta el poder y por otro, cuando no se la puede interpretar, se la cambia. ¡¿o no?¡ ¿Eso es lícito? Y además una ley que fue redactada por ellos mismos, a su medida. La ley, modificable, ya no es ley”, concluyó.
Lo cierto es que no es solo la meritocracia o lo académico lo que le da validez a la ley. Ambas ayudan, en gran medida, cierto, pero se necesita más que eso. ¿Qué está mal, entonces? Claramente lo que está mal es el sistema. Las recomendaciones a un abogado recién egresado -y estuve tentado a decirle esto a mi sobrina- deberían ser “Sé un buen abogado. Vas a entrar en un sistema corrupto en todos sus niveles y, como casi todo en la vida, lo fácil es hacer lo que hacen los demás, en este caso, ser corrupto. Lo difícil, es ser diferente y otra vez en este caso, ser un abogado probo, correcto, honesto y competente”.
Modificar el sistema. No es un tema fácil. Sería más bien, un proceso, que puede tomar tiempo y la participación de todos los sectores y actores sociales. Habrá que despojarse todo tipo de interés, especialmente el político y hacer que la justicia sea realmente un poder independiente, justo y capaz. El impacto en la vida y progreso del país sería inconmensurable. Y el que lo haga, pasará indudablemente a la historia como un buen gobernante.

domingo, 26 de abril de 2015

La política antidrogas

Bisturí ®©

La política antidrogas

•  Franklin E. Alcaraz Del C.


Hasta la promulgación de la Ley 1008, aún vigente, no hubo política antidrogas en Bolivia. Esta draconiana ley estuvo en plena vigencia hasta el 2004. Se comenzó a vulnerarla en el gobierno de Carlos Mesa. Y ahora la Ley 1008 se aplica parcialmente.

La actual política antidrogas, si puede llamarse así, propone la "revalorización de la hoja de coca", el combate al narcotráfico y la "erradicación concertada". En otras palabras: control "concertado" del cultivo de la hoja de coca (erradicación) y el combate susodicho. La aparente incongruencia de esta "política" da por sentado, sin ningún estudio ni base científica, que la hoja de coca "en su estado natural, no es droga". Deliberadamente o no, no se menciona que uno de los principales alcaloides que constituyen parte de la "hoja sagrada", es la cocaína y que extraída de la hoja de coca, se convierte en mercancía ilícita y una las drogas más consumidas del mundo.

Esta "política antidrogas" en pocas palabras, pretende producir hoja de coca solo para uso legal y erradicar por completo la producción, tránsito, tráfico y consumo de drogas en el país. Por otra parte, la "erradicación concertada" ha dado, por decir lo menos, una reducción de las cifras oficiales de cultivos de este arbusto, mucho menores a las cifras anunciadas anualmente que, desde hace cuatro o cinco años, pasan de las 10.000 hectáreas.

En términos reales, tendrían que haberse erradicado entre 30.000 a 40.000 hectáreas (o más), pero siguen existiendo 23.000 hectáreas oficialmente reconocidas como existentes en el país multipuri. ¿Es la erradicación "concertada" efectiva?

Un aspecto notorio es que últimamente (del 2006 a la fecha) se ha hecho difícil contar con cifras que no sean las oficiales sobre el tema de producción de hoja de coca y todo lo que ello implica, (La unodc publica anualmente su "Monitoreo de la hoja de coca" con cifras proporcionadas por el gobierno).

En el país multipluri, según el del periodista y director David Beriain ("Amazonas, el camino de la cocaína" del prestigioso canal Discovery Max) fuera de la producida localmente, se refina también cocaína peruana para luego "exportarla" principalmente al Brasil. También se "exporta" a otros países fronterizos y de allí a ultramar.

La pregunta es si la actual política antidrogas fuera tan exitosa, como dicen los portavoces oficiales, por qué siguen viniendo "emisarios", se siguen descubriendo fábricas de cocaína, sigue llegando y refinándose droga peruana, etc. Según la Felcn, hasta marzo del presente año, se incautaron 8,4 TM de cocaína (¡en tres meses!).

Y ese es otro aspecto notorio: la presencia de extranjeros en el negocio ilícito. "Emisarios" se los llama oficialmente. Y hay "emisarios" presos provenientes del Perú, Brasil, México y otros países. Lo que no sabemos con precisión, es el rol que estos "emisarios" desempeñan.

Se los menciona, pero no se dice a qué ni para qué vienen. Tampoco se menciona a nombre de quién vienen ni con quién "charlan". "Son emisarios nomás". Aparentemente, como se niega la presencia de cárteles de drogas en el país, vienen por su cuenta…

Según la prensa nacional, hay pueblos que se dedican al negocio ilícito. Las muertes por "ajuste de cuentas", según la Policía nacional, es casi cotidiana. Un estudio pasado (2003) nos advertía que el 45% de los delitos cometidos en Santa Cruz eran efecto del uso de drogas. ¿Cómo será ahora? La actual ¿será una política contra las drogas exitosa?" ¿Hay realmente una política contra las drogas en el país?
tags: La Patria, Noticias de Bolivia, Periodico, Diario, Newspaper, La política antidrogas

lunes, 6 de abril de 2015

Patzi: Ni derechas ni izquierdas

Bisturí
Patzi: Ni derechas ni izquierdas
Lunes,  6 de Abril, 2015
Evo – o su segundo- no quiso entender, o no pudo, como el mismo suele decir, que el discurso de “lucha permanente” y la “división de clases” en indios y blancos (a falta de un proletariado y burguesía como el de la ex URSS) era una “sunchu-luminaria”. Faltaba alguien, como Félix Patzi, capaz de recoger el desafío de unidad de Bolivia y desterrar las divisiones. En época pre-electoral para las subnacionales, dejando al lado su inicial aparente extremismo, abogó por la unidad de los indígenas con los mestizos blancos (es su terminología) para hacer una sola Bolivia, habló de las nacionalizaciones como necesarias solo para las empresas estratégicas, dejando abiertas las puertas a la inversión privada para la pequeña, mediana y gran industria. No mencionó –ojo- a la wiphala, ni a los idiomas originarios en sus alocuciones electoralistas y –aparentemente- eso le gustó al pueblo que votó por él.
Alguna vez dije en esta misma columna, que si Evo hacía lo mismo desde el principio, su votación hubiera alcanzado un 90%. Ya es tarde. Ya no podrá virar sin despertar suspicacias.
A Patzi le falta hablar abiertamente de autonomías. No al estilo del MAS que aparentemente, en los hechos, no la quiere ni la promueve; sino a su estilo. Autonomías de verdad, que nunca dejaron de ser bandera anhelada ya no solo por el oriente del país, sino por toda Bolivia.
La corrupción y la impunidad que a los ojos del pueblo parecen ir juntas cuando se trata de autoridades o “dirigencias” sindicales u “orgánicas” (palabrita de moda hoy en día) son también temas pendientes. Ni qué decir del narcotráfico, motivo de reportajes espeluznantes de la prensa internacional y que han acabado por tomar a nuestro país como epicentro de producción y distribución de cocaína. ¿Acaso es suficiente decir “vamos a “revalorizar la hoja de coca” y a combatir el narcotráfico?” Pregunto: ¿No suena como una posición incongruente?
¿Qué de lo dicho puede encasillarse como posición de diestra o siniestra? Tal vez por eso Patzi lanza un discurso exitoso de una “tercera posición”. En el mundo –lo muestra la práctica- se acabaron las derechas y las izquierdas. Parece haber llegado la hora de tomar decisiones prácticas; o como decía Den Xiao Ping: “No importa de que color sea el gato, sino que cace ratones”.
En todo caso, parece, solo parece, que el pueblo está comenzando a ver la realidad. Y está también demostrando que las amenazas no funcionan. O si funcionan, son para disparar “un tiro por la culata”. Tengo la impresión, dice mi compadre Choque, que llegado el caso, ni los bloqueos van a funcionar esta vez, porque el pueblo está cansado de violencia y “luchas permanentes o envolventes”. “Pero no nos adelantemos”, dice, “los políticos son especialistas en meter la pata, veremos qué pasa después”. De acuerdo, compadre.
[1]Franklin E. Alcaraz Del C.
es médico e investigador
Acerca del autor:
Franklin-E.-Alcaraz-Del-C.-
Franklin E. Alcaraz Del C.

jueves, 26 de febrero de 2015

Los locutores

Bisturí
Los locutores
Franklin E. Alcaraz Del C.
Jueves,  26  de Febrero, 2015
Un locutor o locutora es la persona que habla a través de la radio o la televisión, como narrador de noticias, dar anuncios o poner música, además de fungir como voz en off para la televisión. Por extensión, es también el animador de programas de entretenimiento, el disk jokey, etc. Pueden ser – o tener- un buen nivel cultural, que no es el caso de la mayoría de los locutores bolivianos (lo podríamos comprobar fácilmente por las tonterías que suelen decir o con una pruebita de cultura general). Casi todos ellos, especialmente los que leen las noticias, hablan tratando de modular bien las palabras, aunque de rato en rato se les escapa el típico acento regional que hace ininteligibles sus palabras. Y también comienzan leyendo bien una noticia, pero terminan bajando tanto la voz, que no se escucha y no se entienden las últimas palabras. Por ejemplo: “Esta mañana el presidente fulano inauguró un pozo de gas, perforado en un bolsón existente para incrementar la explotación de este producto, en el sur del país”. (Las dos últimas palabras inaudibles), Y eso lo hacen todos, en todos los medios (¿Ja? ¿Qué dijo?). Casi ninguno, por otra parte, lee columnas como la presente.
Dependiendo de la admiración –o moda- que tengan unos u otros por locutores o animadores de medios extranjeros, suelen también imitar el acento, el dejo o la forma de hablar de sus referentes. Generalmente imitan las formas argentinas o centroamericanas. Por eso, porque son un muy mal ejemplo, los jóvenes hacen lo mismo. Y se va perdiendo la hermosa “ll” (elle) boliviana que –según el caso- se ha transformado en “i” centroamericana o en “cyhe” argentina. Difícil escribir este último caso, pero ustedes saben de qué hablo. Así han aparecido nuevas palabras como iave, iubia, caie, ianta, etc. que si no están en contexto, no las entendemos. Y los locutores, pensando que lo hacen bien, con la cara que nos gastamos, se hacen los argentinos....
Algo que se ha puesto de moda y raya en el ridículo, es que vaya una chica, aceptablemente bonita a los canales de TV y se convierta súbitamente en víctima de los locutores que impajaritablemente (palabra de mi compadre) le piden “una vueltita” y “hacer una pasarela...” O que entrevisten un cantante y le pidan cantar “unas estrofas”...a capella. Eso solo denota falta de recursos...y de preguntas inteligentes. ¿No piensan que ponen incómodos a sus entrevistados?
¡Ah! ¿Y esos “chistosos” de los mañaneros? Mi compadre Choque dice que no le hacen reír, que solo le dan pena. ¿Y esos “entrevistadores” especialmente oficialistas que en lugar de entrevistar acosan, interrumpen y no dejan hablar al entrevistado? ¿Pensará alguien que son “buenos periodistas”? porque se pueden hacer preguntas realmente inteligentes que pongan en aprietos, sin acosar ni interrumpir a los entrevistados; pero, claro, no hay de esos periodistas, por lo menos en los medios que mi compadre ve y escucha.
Mi compadre Choque dice también que en los programas “mañaneros” los locutores deben estar todavía de sueño, porque cuando se ponen a comentar entre ellos, para que la teleaudiencia o simplemente la audiencia los escuche y/o vea, dicen “¡cada cosa!” que dan ganas de grabar para hacerles escuchar a ellos mismos y ver qué dicen (porque también son buenos para criticar).
En fin. Parece que ninguno de ellos se dio cuenta que son ejemplo para la juventud, especialmente aquellos que conducen programas juveniles. Ahí sí me quedo con la boca abierta. Y no hay quién les diga nada (ni el director del canal o la radio).
Yapita: ¿Y los que manejan los generadores de caracteres? No son locutores, pero su ortografía es visible. ¡Dios mío! Y no hay excepciones. Debían tener ortografía impecable. No es el caso. (¡Cómo pasarían de curso...!)
Acerca del autor:
Franklin-E.-Alcaraz-Del-C.-
Franklin E. Alcaraz Del C.

martes, 3 de febrero de 2015

El chauvinismo altoperuano

Bisturí
El chauvinismo altoperuano
Martes,  3  de Febrero, 2015
A riesgo de caer mal a algunos, elegí este tema, al que nadie parece darle importancia, en esta etapa de la vida del país, donde parece acabar la modernidad para regresar al medievo en materia de concepción de “patria” exacerbando la región, la etnia o identidad cultural. Por supuesto, la máxima expresión del chauvinismo es el regionalismo, que encuentra terreno apto a sus ideas porque parece encajar perfectamente en esta ilógica manera de pensar.
Personalmente hablando, no me gusta mucho la enciclopedia libre “Wikipedia”. Aunque debo confesar que me solacé leyendo lo siguiente: “El chovinismo o chauvinismo (adaptación del apellido del patriota francés Nicolas Chauvin, un personaje histórico condecorado en las guerras napoleónicas), también conocido coloquialmente como patrioterismo, es la creencia narcisista, próxima a la paranoia y la mitomanía, de que lo propio del país o región al que uno pertenece es lo mejor en cualquier aspecto. El nombre proviene de la comedia La cocarde tricolore (La Escarapela Tricolor, 1831) de los hermanos Cogniard, en donde un actor con el nombre de Chauvin, personifica un patriotismo exagerado.
El chovinismo es un razonamiento falso o paralógico, una falacia de tipo etnocéntrico o de ídola fori. En retórica, constituye uno de los argumentos falsos que sirven para persuadir a la población (o a un grupo determinado de personas) mediante la utilización de sentimientos, muchos de ellos exacerbados, en vez de promover la razón y la racionalidad. Se utiliza generalmente por parte de políticos, medios de comunicación y empresarios para condicionar la formación de expectativas. La filósofa política Hannah Arendt lo describe así:
El chovinismo es un producto casi natural del concepto de Nación en la medida en que proviene directamente de la vieja idea de la "misión nacional". La misión nacional podría ser interpretada con precisión como la traída de luz a otros pueblos menos afortunados que, por cualquier razón, milagrosamente han sido abandonados por la historia sin una misión nacional. Mientras este concepto de chovinismo no se desarrolló en la ideología y permaneció en el reino bastante vago del orgullo nacional o incluso nacionalista, con frecuencia causó un alto sentido de responsabilidad por el bienestar de los pueblos atrasados ("Imperialism, Nationalism, Chauvinism", en The Review of Politics 7.4, (octubre de 1945), p. 457
El chovinismo nació con la creencia del Romanticismo en la existencia de un hipotético carácter, idiosincrasia, personalidad o temperamento nacional distinto para cada pueblo, etnia, raza, región o nación y que tendría vida propia e independiente; un Volksgeist o espíritu del pueblo específico, que sus miembros deberían canalizar y servir; si bien los griegos ya se burlaban de quienes pretendían que la luna de Atenas era distinta (y mejor) que la de Éfeso. Psicológicamente, sin embargo, se trata de un sistema delirante que esconde un sentimiento neurótico de inferioridad en forma paranoica (en su manifestación de delirio de grandeza).
Tras la Segunda Guerra Mundial y sobre todo con la creciente Globalización, el chovinismo ha quedado reducido a una práctica moralmente reprochable, expresión del pensamiento nacionalista que suele ir acompañado de manías persecutorias consistentes en culpar de los males propios a otros países, regiones, pueblos o razas.
Erich Fromm y León Poliakov han estudiado las manifestaciones más perversas y peligrosas del chovinismo, que pueden estar asociadas a ideologías totalitarias, xenófobas, racistas y sexistas”.
Hasta aquí la Wikipedia. Y mejor no hablar de los regionalistas bolivianos que se sienten ajenos al país. Pero podemos hablar de de los bolivianos chovinistas que se oponen a que otros pueblos –sean andinos o no- sientan como suyos ritmos, música, artesanía o manifestaciones artísticas en general, que supuesta y exclusivamente son bolivianos. La cultura no la delimita un ámbito geográfico, las costumbres tampoco. Y tal vez, en ese sentido, Bolivia sea multipluri, pero en camino a forjar su identidad (si no la tiene ya). Que Latinoamérica (Indoamérica en ciertas regiones) es “multipluri” ¿quién lo puede discutir? ¿Y no estamos orgullosos de ser latinoamericanos? Pero en el país “multiplurinomilingüe” ya se llega al extremo de chauvinismo ¡que no filmen en “nuestro teleférico”! Que un multipluri vaya a filmar en el metro de Viena, o, para no ir muy lejos, a Santiago de Chile o Buenos Aires, parado de cabeza, echado o como sea ¿le van a hacer el lío que aquí se quiere hacer a una cantante peruana? En fin. Somos cada vez MÁS pueblito...
[1] Franklin E. Alcaraz Del C. es médico e investigador
Acerca del autor:
Franklin-E.-Alcaraz-Del-C.-
Franklin E. Alcaraz Del C.