Bisturí ®© El
ADN de la cocaína
Franklin E. Alcaraz Del C.[1]
El director de la Policía Federal brasileña,
Leandro Daiello, dijo que su país tiene en marcha un proyecto de larga duración
para saber de dónde procede la materia prima para fabricar cocaína, o dónde fue
refinada la droga que incauta el Brasil. Finalmente sabremos si es o no cierto
aquello de que el 60% de la cocaína que se consume en ese país, es de
procedencia boliviana. Y allí no cabrán pataleos. A la ciencia no se le puede
discutir. Aquí, el oficialismo dice que el 70% de la cocaína incautada es de
origen peruano.
Por
otra parte, El ministro peruano del Interior,
Wilfredo Pedraza, dijo “no puedo corroborar” que el 70 por ciento de la cocaína
incautada en Bolivia provenga de su país, como señalaron en reiteradas
ocasiones las autoridades nacionales. Pedraza explicó que “la droga se produce
ahí donde se siembra” y que “Perú tiene un serio problema con los cultivos
ilegales de hoja de coca, materia prima para la elaboración del alcaloide”.
Pero probablemente no es
solo por eso que Brasil
desarrolla un proyecto para detectar científicamente el "ADN" de la
cocaína y de esta forma establecer si procede de Bolivia, Perú o Colombia.
Saber la procedencia de la droga probablemente aumente la eficiencia de la
policía. Daiello y la secretaria de Justicia de Brasil, Marcia Pelegrini, hicieron
esta revelación durante su asistencia al foro sobre leyes para confiscar bienes
a narcotraficantes como una forma eficaz de combatirlos en el que participaron también
representantes de Perú, Colombia y la ONU. Daiello dijo
también que ya tienen en funcionamiento una base de datos que fue ofrecida a
Bolivia para que tenga acceso "al ADN, el origen de la droga" y que
su país es el primero en trabajar en ese sentido. Tengo la sospecha de que la
noticia no les cayó muy bien a los que sabemos.
El oficialismo “no contaba con la
astucia de Brasil”, porque el manejo político aparentemente tendía a
“convencer” a la opinión pública, no solo nacional sino internacional, que el
país multipluri, ya no elabora cocaína y que toda la coca se destina a usos
tradicionales. De allí el discurso del oficialismo de que el 70% de la cocaína
“pasa” por Bolivia, pero no se elabora en el país multipluri. Sin saberlo (¿o
si?) el Brasil le está haciendo un flaco favor al MAS y un gran favor al país y
a la comunidad internacional.
Sucede que desde hace dos o tres
años, el país multipluri iba aumentando el porcentaje de “cocaína peruana” en
el total de decomisos; así primero fue el 20% luego el 40% y así sucesivamente
hasta llegar al actual 70% que probablemente iba a convertirse en 100% alguna
vez. ¿Resultado? La promesa del MAS: cero cocaína, cero droga…solo coca para
uso “tradicional” cubierta por las proyectadas 20.000 hectáreas de cultivo (¿o
30.000?), refrendadas por el “estudio” que no termina de publicarse (¿Cómo
habrán hecho el estudio sobre productividad de los terrenos en los Yungas y el
Chapare, dice mi compadre Choque?). Lo que falta explicar es la actividad de la
FELCN que sigue descubriendo nuevas, grandes y móviles fábricas de cocaína
(Algún día no encontrarán ninguna, dice mi compadre Choque). La marihuana es
otra cosa. Esa droga no tiene “consumo tradicional” (ni constituye base
electoral), así que no importa lo que pase en el futuro. Además, es nomás la
droga ilegal de mayor consumo en el país.
Entonces, la pregunta que surge es:
¿Qué dirá el oficialismo cuando se conozca que las 20.000 hectáreas proyectadas
producen coca excedentaria? Porque estudios no oficiales y muy fidedignos ya
dijeron que con 10.000 a 12.000 toneladas/año de hoja de coca, en los Yungas de
La Paz, se cubre no solo la demanda “tradicional” de este vegetal, si no
también las necesidades de industrialización y las de “exportación” al norte
argentino y chileno (alrededor de 6000 - 8000 hectáreas). Eso sin contar que el
consumo “tradicional de la hoja de coca, disminuye con el tiempo.
Hay que añadir que el mentado “uso
para la industrialización” de la hoja de coca no es, ni puede ser considerado,
desde ningún punto de vista, como “uso tradicional” de la planta.
Bueno.
Mientras esperamos al futuro, podemos preguntar al Soberano qué es lo que
piensa al respecto.
¡Ah!
Y como de costumbre, todo lo anterior es ficción, cualquier semejanza con la
vida real es pura coincidencia.