jueves, 30 de enero de 2014

Oxígeno.bo
Sección: Opinión
El consumo de coca sin manipulaciones
29 de Enero, 2014
Por: Franklin Alcaraz del Castillo

Hubiera sido muy evidente y chapucero presentar un “estudio” sobre la hoja de coca “cocinado”, manipulado y tergiversado. Entonces se presentó un estudio manipulado en la forma de presentación. Veamos: los datos distribuidos a los medios, que son datos parciales e incompletos y “adornados/dispuestos” como para mostrar una “realidad” que no es tal, asumimos que es la información que quiere mostrar el gobierno a los medios y, a través de ellos, al pueblo. Así, el mencionado “estudio”, tiene dos etapas muy claras. La primera encontró escaso consumo pero real, (el consumo de coca en el país no había sido de la magnitud que se imaginaron los cocaleros). Probablemente por eso es que el “estudio” tardó en presentarse. De todos modos, al final, todos los datos recogidos en esta primera etapa, se procesaron de tal manera, que el análisis de los mismos, no resiste una auditoría técnica. Esta primera etapa consideró tres formas de consumo: El “pijcheo” (1.125.483 personas que consumen coca en esta forma), Medicina (961.349 personas) y “rituales” (30.006 personas). Y aquí viene el primer error. El informe SUMA estos datos, cuando no puede hacerlo. ¿Por qué? Porque la misma persona que acullica, puede usar la coca como medicina o para ritos místicos y muchas veces al mismo tiempo y en el mismo lugar, por lo tanto, en esta primera etapa, se contabilizó a la misma persona tres veces.

Pero aun aceptando el error de procedimiento, el resultado da la suma de 2.116.838 de usuarios de hoja de coca en cualquiera de sus formas que tendría el país. Por otra parte, no sabemos, por qué el informe no muestra, -intencionalmente o no- cuánto de hoja de coca se consume anualmente en cada una de estas tres formas. Por estudios anteriores, sabemos que la actividad que más consume coca es el pijcheo, luego ritos místicos y finalmente como medicina. ¿Por qué se omitió ese dato? “Buena pregunta”, dice mi compadre Choque. Existe en cambio una torta que menciona los siguientes porcentajes de uso: No sabe no responde: 30%, medicina: 31%, pijcheo: 37%, rituales: 1%, acontecimientos sociales 0%, otros: 1%. De acuerdo al “estudio”, el tamaño de muestra global es de 16.000 “observaciones”, pero, por ejemplo, el 37% de 16.000 (“pijchadores”) equivale a 5.920 “observaciones” (personas). Bueno. Supongamos que se tomó en cuenta el total de la población. En ese caso, el 31% de 10.000.000 de habitantes que tiene el país multipluri, para hablar con cifras redondas, sería de 3.100.000 personas. Bueno. Algo no cuadra, porque según el estudio, hay 1.125.483 “pijchadores”. Por otra parte, 1.125.483 personas “pijcheadoras”, si se me permite el término, es solo el 11,25% de 10.000.000 de habitantes que tiene el país multipluri. Las cifras se repiten en el cuadro que detalla los consumidores por año, según uso y consumo del informe ampliado.

La segunda etapa del estudio, realizada probablemente para “incrementar” el uso de la coca, se la “articuló” como “estudios complementarios” considerando “Actividad económica”, “establecimientos económicos” y “comercio en fronteras” (¡!). Ninguna de las tres puede considerarse consumo propiamente dicho porque una cosa es la comercialización y otra, muy diferente, el consumo. Pero también se recogió información de 400 comerciantes minoristas, de 300 productores detallistas y “otros” que no sabemos qué o quiénes son y que tampoco pueden ser consideradas actividades de consumo de hoja de coca. Por otra parte, ¿habrá forma de garantizar, por ejemplo, que los comerciantes minoristas y/o los productores detallistas no desvíen su producto a actividades ilícitas? ¿No se está contando dos veces la misma coca? (comercio y consumo). Porque la coca comercializada ¿dónde debería ir? Al consumo legal ¿no es cierto? ¿Y eso quién lo garantiza? Pero bueno, preguntita nomás es. Aunque, claro, buena pregunta, dice otra vez, mi compadre Choque (ojo con lo de “comercio en fronteras”, signifique lo que signifique). El tema es que toda esta segunda etapa, ¡asómbrese! ¡se SUMÓ a la primera!

Además, en el mencionado informe, se presentan siete resultados, producto de ¿siete estudios?, En estos, se puede apreciar un impresionante incremento de cifras (o de consumidores de hoja de coca). Por ejemplo, el “pijcheo”, también llamado “acullico”, sube de 990.352 en 2006 (¿de dónde sacarían ese dato?) a 1.125.483 personas en 2012. Es decir, de menos de 10% al 11,25% de la población total, en el lapso de siete años. Si el incremento continúa, va a llegar un momento en el que toda la población del país multipluri ¡va a ser “pijchadora”! (Atención: el CELIN encontró 14% de acullicadores el año 2000 – Si las cifras del INE son fidedignas, confirmaría que el número de acullicadores disminuye y que el año 2012 llegó a 11%). Y lo que viene es asombroso: a quienes “No saben o no responden” se los incluye como consumidores (“¡le metieron nomás…!”) y son como un millón de personas si sumamos la categoría “otros”). En fin.

Preguntas: Para ser incluidas como consumo de hoja de coca, ¿se puede considerar a la “exportación” una actividad “tradicional” o de consumo? ¿Y a qué se destina la “exportación”? ¿Al consumo de hoja de coca más allá de nuestras fronteras? ¿A la fabricación de cocaína? No sabemos. Pero hay esperanza y ansiedad, de parte de los cocaleros, por satisfacer esa demanda… ¿sea cual fuere? Ojo: pregunto nomás. ¿Debería interesarnos el consumo (o uso) de coca más allá de nuestras fronteras? También hay esperanza y ansiedad, esperando la “industrialización” de la hoja de coca, que tampoco puede ser considerada actividad tradicional o “cultural”. Sobre este tema escribiremos otras notas.

Otro punto: Si en 2012 habían 1.125.483 acullicadores, ¿Cuánta cantidad de hoja de coca consumían? ¿Cómo se midió esa cantidad? El informe menciona 19.138 Toneladas métricas (Tn). como cantidad total utilizada de hoja de coca. Para conocer la cantidad de hectáreas (Ha) necesarias productoras de tal cantidad, es necesario conocer la productividad de los suelos. Entonces, para el cálculo de productividad por hectárea de la hoja de coca, el gobierno toma un promedio de 1,407 Toneladas métricas por hectárea/año (uno coma cuatro), cuando la operación “Breakthrough” de la DEA mencionaba 1,8 Tn/Ha/año para los Yungas y 2,7 Tn/Ha/año para el Chapare. Pero igual, dividiendo 19.138 entre 1,4 nos da 13.601,99 hectáreas necesarias (¿Error de cálculo?). A propósito, el estudio no dice si el promedio calculado de 1,407 Tn/Ha/año es para el Chapare, los Yungas o ambos. De cualquier modo, el tema de la productividad por hectárea también merece otra nota.

Bueno, mi compadre Choque insiste en que repita que los resultados se presentaron “hábilmente” y señala que, por ejemplo, el gobierno mencionó que “el 37% de la población que consume habitualmente coca, la usa para pijcheo” (sic) y los medios de prensa, todos, sin excepción, interpretaron que el 37% de la población TOTAL, pijcha. Eso no dice el informe (aunque lo dice la nota de prensa del Ministerio de Gobierno). Repitamos: El informe dice que “el 37% de la población que consume habitualmente coca (la) usa para pijcheo. Es decir que solo el 11% de la población del país multipluri, es “acullicadora” o “pijchadora” (1.125.483 personas de 10.000.000 de habitantes),

Mi compadre Choque insiste también en que cierre la nota haciendo la siguiente pregunta a mis lectores: Ud. amigo, ¿se acuerda cuándo tomó su última taza de mate de coca?