sábado, 16 de marzo de 2013

La realidad


Bisturí ®©                                               La realidad
                               (Paradójicamente, cualquier semejanza con la vida real es pura coincidencia)
                                                                        Franklin E. Alcaraz Del C.[1]

¿Sabe Ud. cuánto exportaba Bolivia el año que derrocaron a Sánchez de Lozada? Para hablar en números redondos, como mil millones de dólares. ¿Sabe cuánto exportamos ahora? Once mil quinientos ochenta y nueve millones de dólares (cifra para el año 2012). Ojo: con la misma producción (o un poco menos todavía). En otras palabras, el país exporta – en términos de divisa fuerte- once veces y media más que en la época de Sánchez de Lozada. No hay nuevos rubros de exportación. Las industrias que fueron creadas durante el presente régimen, no generan ganancias. Algunas generan pérdidas. Las minas “nacionalizadas” como Huanuni, disminuyeron su producción, pero paradójicamente, contabilizan mayores ingresos. Pero además, prácticamente duplicaron su número de funcionarios.

Las cifras recaudadas por impuestos también subieron; pero los sectores económicos que no pagaban impuestos, siguen sin hacerlo (como los cocaleros, por ejemplo). En cambio los aportantes, aportan más, especialmente aquellos que tienen ingresos superiores al término medio y el sector privado, que además tiene cada vez más dificultades para desenvolverse. Tal parece que en el país multipluri, es delito ser empresario privado. ¿Cuántas empresas privadas quebraron o están en vías de hacerlo? Sería interesante conocer este dato. Es cierto que hay nuevas empresas (empresitas, más bien), pero es posible que sean menos que las que se crean. Hay otras que cambian de dueño, como los medios de comunicación, por ejemplo. Hay cada vez menos medios privados independientes. Y se quiera o no, hay también autocensura en los medios privados. ¿Por qué? El lector tiene la palabra.

Ante este panorama, llama la atención que el gobierno pida más inversiones.

Un rubro que probablemente también creció, es el del dinero del narcotráfico. Obviamente su participación en el PIB es solo un poco mayor a como era durante Goni, pero en términos absolutos la generación y circulante de efectivo, también posiblemente, sea mucho más que antes; solo que la cantidad, en términos porcentuales, se enmascara porque subió el PIB.

Otro rubro que también creció apreciablemente, es la deuda. La deuda externa, claro, pero especialmente la deuda interna. El país debe mucho más que antes. Por otra parte, un acreedor que antes era insignificante, ahora es muy importante. Me refiero a Venezuela. Hay muchos sectores populares afines al MAS que creen que el dinero venezolano que llegó al país, era (es) donación. Pues no. No era ni es donación. Ese dinero hay que pagarlo. Y lo va a pagar el pueblo. Por otra parte, ¿alguien sabe cómo se dispuso ese dinero?  

Y, finalmente, de acuerdo a “Milenio”, la banca nacional va camino a la estatización a través de medidas paulatinas que incrementan la participación del estado.

¿Las autonomías? ¿Cuáles? Posiblemente la administración del estado es más centralista que nunca.

Mi compadre Choque sonríe cuando habla del régimen. Dice que cuando les conviene, nada debe politizarse, pero que en los hechos, todo lo manejan políticamente. Es que “aparentemente”, dice, “todo está medido”. Y cuando “todo está medido, nada puede fallar”, como el suele repetir, medio en serio, medio en broma.

¿Por qué el pueblo no se da cuenta? “Se da cuenta” dice mi compadre, solo que se sienten identificados con Evo, por eso es que primero se va a presentar como candidato y luego va a ganar también las próximas elecciones, dice. “Tal vez no con los márgenes que ganó anteriormente, pero va a ganar… por una serie de razones, entre las cuales hay una que es la más importante y de la que no se puede hablar”. En fin…




[1] Franklin E. Alcaraz Del C. es médico e investigador

sábado, 2 de marzo de 2013

Si el río suena...


Bisturí ®©                                               Si el río suena…
                                               
                                                                        Franklin E. Alcaraz Del C.[1]

Jorge Gonzáles (los prisioneros) declaró a la prensa que Chile “viene preparando”, no ahora, si no desde hace tiempo,  una guerra contra Bolivia, para “quitarle sus riquezas y entregarlas a otro país”. Que lo diga un boliviano, es una cosa. Que lo diga alguien del régimen de turno, también (o peor). Pero que lo diga un chileno, es otra cosa, así sea de “Los prisioneros”.

Algunos hechos: Chile es, probablemente, el único país sudamericano que tuvo una política expansionista conocida. Y de esa política no se libra la Argentina ni el Perú. Menos Bolivia, obviamente. De los tres vecinos que tiene Chile, el más débil es, sin duda alguna, Bolivia. La política expansionista chilena, que nació al mismo tiempo que ese país, de acuerdo a algunos analistas, tuvo su más próxima expresión en la guerra de las Malvinas. Su posición durante el conflicto, contraria a su vecino, disonante a todas luces con el resto de Latinoamérica, lo muestra así. Sin embargo, los resultados de la guerra susodicha, no le redituaron los réditos esperados. A pesar de todo, “los réditos esperados” no dejan de ser especulación pura y simple. Y aún así, todavía flota en el ambiente una pregunta: ¿Por qué? ¿Por qué Chile se puso en contra de la Argentina y a favor de Gran Bretaña? La respuesta esgrimida por los mismos chilenos no parece tener consistencia. Ellos dicen que la Argentina, si ganaba la guerra, (después) iba a invadir Chile. Por otra parte, las fuerzas armadas chilenas son las segundas en poderío bélico en Sudamérica. Solo Brasil está por delante de ellos. También algunos entendidos en el tema dicen que Chile solo, puede enfrentarse a sus tres vecinos con grandes probabilidades de victoria. ¿Bolivia solita? “piece of cake”, como diría mi compadre gringo.

A todo esto hay que añadir que el régimen de turno multipluri, en su política de relacionamiento tiene “tacto de elefante”, tanto dentro como fuera de Bolivia. Sin mencionar la agresividad propia de su carácter. Y la diplomacia nativa prácticamente no existe. O existe en los papeles, porque en los hechos, los “diplomáticos” plurinacionales son empíricos (¿hay algún diplomático de carrera?). A esto se suma el reciente anuncio de “redistribución de unidades (militares) del centro a las fronteras del país” y según Juan Carlos López, jefe de la corresponsalía de CNN en Español en Washington, una carta de la Embajada de Bolivia en Estados Unidos enviada al  Secretario de Estado norteamericano, John Kerry, dando detalles sobre el conflicto con Chile a raíz de la detención de los tres soldados bolivianos (¿buscando apoyo del país símbolo de los imperialismos?).

Las contradicciones tejidas por el mismo oficialismo, ponen en tela de juicio sus acciones y decisiones. ¿Hay una Bolivia? ¿O Bolivia terminó de existir el 2006? ¿El país multipluri ha comenzado otra historia en esa fecha? Y si es así, el país plurinacional nació sin mar? ¿La bandera multinacional flameó alguna vez en el departamento del Litoral perdido? Hay más preguntas, pero dejémoslo así.  

Llegada la guerra (¡Dios no lo permita!), ¿con qué recursos cuenta el país multipluri? ¿Con qué apoyo efectivo? No creo que los países del Alba ayuden con hombres, dinero, equipo y logística. Tal vez Venezuela, pero ¿por lo menos hasta aproximarnos un poco, solo un poquito, al poderío bélico chileno? 

Si es cierto que Chile “viene preparando” una guerra contra Bolivia, es probable que también esté buscando la forma de provocarla. Y, como en 1879, hipotéticamente sin declaratoria previa (ojalá no suceda en carnavales o en el año nuevo aymara). A todo esto, con las actitudes que tiene el régimen de turno, ¿no le está echando leña al fuego? Son solo preguntas.

“No creo” es la respuesta a mano. Yo tampoco, pero…   

Y, como de costumbre, todo lo dicho es ficción, cualquier semejanza con la vida real es pura coincidencia.



[1] Franklin E. Alcaraz Del C. es médico e investigador